La no recomendación: Noturna de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
Vendedor:
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Por cada uno pago $50, ¿está bien?
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Sta. Desilusión:
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¿tan bien por éste?
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Vendedor:
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No, por ese le doy $70. ¿Está segura que lo quiere vender?, ¡está más nuevo que los míos!
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Sta. Desilusión:
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Sí, lo compre hace menos de un mes
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Vendedor:
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¿y por qué lo vende?, ¿ya lo leyó?
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Sta. Desilusión:
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Si, por desilusión. No me gusto
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Vendedor:
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Vea esa mesa, está llena de la segunda parte, acaba de salir y esperamos que sea uno de los libros más vendidos para navidad. ¿Quiere uno? –Muecas acompañadas de una leve risilla-
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Sta. Desilusión:
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No, pude comprarlo en la FIL para que me lo firmara Del Toro, pero, las filas eran largas y NOTURNA no me gusto
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Vendedor:
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Sta. Desilusión:
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Que le parece si le doy $50 más y me da el libro de Sor Juana – Estampas de Sor Juana, que vale $120- bájele $20 para no sentirme tan mal
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Vendedor
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MORALEJA.- De lo perdido… ¡lo ganado!
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Un inicio formidable, que promete acción y suspenso: un avión, se detiene sin explicación aparente en la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional JFK en Nueva York procedente de Berlín. Las luces de la aeronave están apagadas, nadie responde a las llamadas de la torre de control. Parece como si el avión estuviese muerto…inerte al tumulto que provoca en los servicios de emergencia a su llegada.
La trama se desenvuelve bajo la premisa de un virus que se propaga a una velocidad sorprendente. Los “infectados” trasmutan, se pierden así mismos bajo un deseo imperante…beber sangre.
Del Toro logra atraer nuestra atención prometiendo un Apocalipsis difícil de contralar con tintes epidemiológicos mezclados con un mito ancestral muy bien narrado por una abuela a su nieto, la historia de Jusef Sardu, un vampiro conocido como “El Amo” y causante de la desencadenada desgracia.
¿Y luego? Conforme avanzamos en la trama, se observa una introducción que nunca acaba de terminar, personajes desdibujados que no provocan empatía, igual da si viven o mueren, no cuentan una historia personal que te logre enganchar, no hacen gala de una inteligencia o astucia reconfortante que aporte un plus a la historia. El personaje más logrado en este sentido es Abraham Setrakian, un profesor y anticuario judío que nos remonta a un campo de concentración nazi para contar sus experiencias de pavor vividas con El Amo, relato que me parece el más destacado de la obra.
Hay escenarios bien narrados de cómo van transformándose las víctimas, en victimarios. Pero nos resultan ajenos, por lo tanto no impacta su metamorfosis, ni los daños colaterales que ocasionan. No hay sorpresas, ni angustia que provoca lo incierto. Sabemos que todo parte del “amo” al más puro estilo Drácula, que ahora atravesó el continente en avión, no por mar a diferencia del segundo, pero si en ataúd, en similitud a él. Tenemos una temática de vampiros que pareciera ser todo un frescor, después de ver historias de estos seres con tintes románticos y juveniles.
En Nocturna, se deja del lado la personalidad enigmática de los vampiros, para tratar el tema como una enfermedad. Sin embargo, está ausente la angustia de una epidemia como en la saga de Resident Evil – donde dicho sea de paso, si se logra el cometido de la incertidumbre, los giros de historia, personajes fuertes en actitudes y capacidades de lucha- Comparado con los zombis creados por la empresa Umbrella, estos vampiros quedan pequeños, perdidos y sin trama definida.
No hay una fuerte tendencia de conspiración – que tiene algunos tintes con el personaje multimillonario llamado Eldritch Palmer, un excéntrico capitalista que desea obtener la vida eterna con la llegada del Amo-. Vaya ni siquiera visualizamos una historia romántica como las escritas por Stephenia Meyer – no hay la posibilidad de un triangulo amoroso que en principio se vislumbra y luego desaparece-
Del Toro nos oferta una trama que parte del mito como introducción, al más puro estilo de Ann Rice. Pero no, tampoco le pega por ahí. En las tramas de Rice, estos seres están llenos de historias y sociedades ocultas que nos cuentan algo, nos trasportan a lugares entrañables como Nuevo Orleans, Egipto o algunas ciudades europeas. En la obra escrita por Guillermo del Toro, qué más da si son vampiros, hombres lobos, animales salvajes, o lo que a usted guste estimado lector. No hay pasión en la historia, la trama se lee esperando algo que nunca llega, hasta que se acaba la obra y nos quedamos como empezamos, algunos lo justifican diciendo que es una saga. Esta explicación a mí, no me va.
Como epilogo tenemos una confrontación de bandos donde un epidemiólogo con ayuda de Setrakian, no se plantea buscar una cura para combatir la "enfermedad", su encomienda es destruir al Amo para contrarrestar los males de una epidemia. En el intento, somos testigos de un episodio soso y sin emoción donde “el amo” con una ventaja de fuerza sorprendente no logra vencer a Setrakian y compañía. Esto es frustrante, más si hablamos del señor Guillermo del Toro y recordamos estupendas películas de él como: El espinazo del diablo, Hellboy, Hellboy 2 y El laberinto del fauno. Todas ellas de gran calidad con un sello particular de su creador.
Caray, hasta para estos efectos de frustración y saliendo un poco del tema retomo la serie de televisión Fringe, que también presenta en su episodio de inicio un incidente parecido al presentado en este libro, con respecto a un avión que aterriza en condiciones extrañas. El planteamiento es el mismo: un posible acto terrorista, convertido en factible virus o reacción química que amenaza con propagarse. No obstante, el desarrollo es adictivo: hay gobiernos y grupos de poder en plena conspiración, experimentos científicos, mundos paralelos confabulando, tensión amorosa y secretos por revelar, haciendo de esta serie un producto de alta calidad. Mismo que no reconozco en Nocturna, la primera parte de La Trilogia de la Oscuridad coescrita por Guillermo del Toro y Chuck Hogan, que quiere ser diferente y se queda en el intento.
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